La fascinación de Tesla con la frecuencia 432 Hz

Nikola Tesla veía algo especial en la frecuencia 432 Hz. No era solo un número. Para él, era una puerta a la armonía universal. ¿Qué creía exactamente sobre esta frecuencia y por qué sigue generando tanta curiosidad?

Una frecuencia con raíces cósmicas

Tesla creía que el 432 Hz resonaba con el universo. Lo veía en el giro de la Tierra, en el susurro de las plantas, en el latido del corazón. Para él, era un código natural. Un puente entre lo físico y lo espiritual.

Un camino a la armonía

No se quedaba solo en ideas. Tesla proponía usar el 432 Hz en la meditación. Escuchar música afinada a esa frecuencia, decía, podía calmar la mente, sanar el cuerpo y conectar con algo más grande. Como si alineara cuerpo, mente y espíritu. Como si sintonizara una radio con la señal justa.

La música y el 432 Hz

No era solo Tesla. Se dice que compositores como Mozart o Beethoven afinaban sus instrumentos a 432 Hz. Era común en la música clásica antes de que el 440 Hz se volviera el estándar. Hoy, en la música alternativa y la medicina holística, el 432 Hz está volviendo. Muchos dicen que ayuda a dormir mejor, a relajarse o a enfocarse.

¿Ciencia o creencia?

Acá viene la parte incómoda: no hay evidencia científica fuerte de que el 432 Hz tenga efectos curativos. Los estudios no lo confirman. Pero a muchos igual les funciona. Los calma, los inspira. A veces, el placebo o la conexión emocional con una idea puede ser más fuerte que cualquier dato.

Lo que Tesla nos dejó

Para Tesla, el 432 Hz era:

  • Una frecuencia sagrada, en sintonía con el universo.
  • Una herramienta para equilibrar cuerpo y mente.
  • Parte de una tradición musical antigua.
  • Una fuente de bienestar, según quienes la usan.

La ciencia podrá no acompañar del todo, pero la fascinación por el 432 Hz sigue viva. Quizás la magia no esté solo en la frecuencia, sino en lo que nos despierta cuando la escuchamos.

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