¿Por qué asociamos el rojo con la pasión o el verde con la envidia? Porque el cerebro ama ponerle etiquetas a todo. Las categorías moldean cómo vemos el mundo, y los colores no son la excepción: disparan emociones y recuerdos según la cultura, la experiencia y el contexto. Vamos a ver cómo los colores adquieren significado y por qué ese significado no es universal.
