¿Te pasa que armás un currículum ya rosando lo artístico, visualmente hablando, con colores, gráficos y hasta un logo o lo que sea, y resulta que no lo leen (creemos qe si lo leen) y te rechazan? Uno ya piensa que el problema es uno, tal vez dudas de los conocimientos que tenés o los conocimientos que expones en el CV.

La realidad es que hoy muchos CV son rechazados por filtros automáticos de forma instantánea, esos sistemas son un dolor de cabeza, y aunque nos encanten los diseños modernos, a veces son nuestros peores enemigos.

Primero, vamos a hablar de lo que es el famoso ATS. Estos sistemas están diseñados para hacerle la vida más fácil al departamento de recursos humanos, evitando que se tengan que leer montañas de CVs que pueden estar llenos de "pavada". Los ATS no tienen ojos humanos ni alma, no les importa si tu currículum está bonito o es una obra de arte. Lo único que les interesa es si contiene las palabras clave adecuadas, esas que tienen relación directa con el puesto que estás buscando. Pero ojo, no confundamos, no es suficiente con meter palabras clave por meter, hay una ciencia detrás de todo esto.

Ahora, ¿por qué tus currículums súper elaborados y con mil colores no pasan? Porque esos filtros no son capaces de leer imágenes, tablas o diseños complejos. Si tenés un currículum en PDF con un diseño que parece sacado de una revista de moda, el ATS probablemente no va a poder extraer la información correctamente. ¿Y qué pasa? Tu CV termina directamente en la papelera, ni siquiera lo ve un humano.

En mi experiencia (y la de muchos que conozco), la clave está en la simplesa. No se trata de un currículum aburrido, pero sí de uno funcional. De nada sirve tener un currículum excepcional con mil secciones y colores brillantes si al final termina siendo un obstáculo para que el sistema lo lea. ¿Y qué es lo que el ATS realmente quiere? Palabras clave. Sin tantas vueltas. Si tenés el término exacto que está buscando la empresa, no te va a importar si el fondo es blanco o celeste, ni si la fuente es Times New Roman o Comic Sans. Eso sí, sin cosas raras como barras de progreso, cuadros flotantes o gráficos que parecen sacados de PowerPoint.

Una de las cosas que más me impactó cuando me metí en este mundo, es que no basta solo con tener las palabras clave; hay que asegurarse de que estén en el lugar adecuado. A veces parece que el currículum tiene que ser un rompecabezas donde cada pieza tiene que estar en su lugar para que el sistema lo apruebe. Los títulos de las secciones son importantes, y los ATS suelen buscar términos como "Experiencia laboral", "Educación" o "Habilidades". Si en lugar de eso, pones algo tipo "Mi historia profesional" o "Lo que sé hacer", el sistema puede no reconocerlo correctamente.

Ahora, hablemos de lo que uno debería evitar a toda costa. Los formatos complicados. Es tentador agregarle imágenes, colores o incluso crear tablas con la esperanza de que tu currículum se vea más profesional, pero el ATS no tiene cerebro para procesar eso. Y lo peor de todo es que, si el sistema no puede leerlo, tu CV termina descalificado automáticamente. Entonces, por más que te digan que tu currículum "es una hermosura" visualmente, la verdad es que el ATS no tiene corazón para apreciarlo.

Además, algo que aprendí con el tiempo y que me parece fundamental es que el currículum tiene que estar optimizado para robots, no para personas. Las palabras clave tienen que ser las exactas que el sistema está buscando. Un ATS se basa en coincidencias de términos: si tu currículum dice "experiencia en ventas", pero el puesto que estás buscando menciona "experiencia en comercialización", probablemente ni siquiera lo va a considerar. Entonces, no es solo cuestión de poner las palabras que crees que son correctas, sino las que el sistema está programado para buscar.

Algo que nunca falla es la claridad. Un currículum con una estructura sencilla, fácil de leer, sin demasiados adornos, tiene muchas más probabilidades de pasar el filtro. Lo básico siempre funciona: la parte de tus habilidades, tu experiencia laboral con fechas claras, y tu educación de forma cronológica. Asegúrate de que la información esté organizada en listas, y no tengas miedo de usar títulos claros como "Resumen Profesional", "Habilidades", "Logros". Eso va directo al grano y hace que el ATS lo entienda a la perfección.

En cuanto a la longitud, no es necesario que tu currículum sea un libro, pero tampoco te limites a una sola hoja si tenes mucha experiencia. La clave está en ser conciso pero completo. Si trabajaste en varias empresas o tenes una formación académica extensa, está bien que tu CV tenga un poco de longitud, pero sin excederte con detalles innecesarios. Nadie quiere leer un currículum que parezca una novela.

Otra cosa importante a tener en cuenta es que el ATS no tiene ni idea de si trabajaste en una empresa de renombre o si tus logros son “lo mejor de lo mejor”. Lo que importa es que uses las palabras exactas que están buscando. Si un puesto menciona "gestión de equipos", entonces ponelo como tal, aunque tu experiencia se haya desarrollado en un entorno más informal o con un nombre diferente.

Y si pensás que por ser un experto en diseño o creatividad podés evadir el ATS con un currículum artístico, te recomiendo que no lo hagas. A veces lo más creativo es lo más sencillo. Un currículum claro y directo, con los términos correctos y en el formato adecuado, es mucho más efectivo que uno lleno de adornos.

Éxitos.