Voy a comenzar explicando parte de mi personalidad. Soy una persona bastante organizada y estructurada. Tengo la tendencia de dejar todo en orden porque, gracias al mismo, puedo llevar mejor mi día. Además de que ser ordenado brinda la ventaja de tener la cabeza despejada. Al saber siempre dónde está todo, no pierdo tiempo en cosas banales como estar buscando dónde dejé las llaves.
El orden es lo que nos ayuda a optimizar el tiempo y a lograr los objetivos que tenemos, todo de forma eficiente. Entonces, por esto es que mi personalidad es así y evito el caos y la desprolijidad. Soy humano y tengo errores, pero me esfuerzo por errar lo menos posible.
Ahora, dicho esto, resulta ser que yo suelo usar la computadora y otros artículos siempre en un mismo lugar. Un día necesitaba cambiar de ambiente y me fui para otro lugar de la casa. Hice mis cosas habituales, usé la computadora, horas y horas como siempre, hasta que llegó la noche y me tuve que ir a dormir. Cuando llevé las cosas, lo hice todo en una mochila. Cuando me fui a dormir, volví a guardar todo exactamente de la misma manera que había hecho antes.
Durante el guardado, el gato con el que convivo entra al lugar donde estaba porque había dejado la puerta abierta. No debería haber entrado, entonces lo voy a buscar atrás del sofá y lo saco del lugar. Sigo guardando las cosas y me voy a dormir. Mi novia ya estaba en la cama y le comenté que el gato se había metido en el salón y terminó atrás del sofá. Nos reímos y luego dejé la mochila donde siempre la dejo. Hasta ahí todo fenomenal.
Pasan dos días, porque al día siguiente no usé la computadora, y me preparo para usar la máquina como todos los días, en el lugar de siempre. Cuando me voy a poner los lentes, no encuentro el estuche. Saqué todo de la mochila y nada. Fui al comedor, donde estuve sentado trabajando con la compu la última vez, y tampoco los encontré. Me fijé en la cocina, baño, en todos lados. Los lentes habían desaparecido. Sabía que estaban en la casa, pero no los encontraba por ningún lado. Estuve todo un día usando la laptop sin los lentes, resignado.
Luego repetí la búsqueda y nada, ya un poco enojado y asombrado a la vez porque no tenía lógica alguna de que no los encontrara. Volví al comedor, donde estuve casualmente con todo, pero nada, ni en el piso, ni en las sillas de la mesa que usé, no los encontré.
Mi novia, al verme tan desorientado, me pregunta si busqué en el comedor. Le respondo que sí. Me lo vuelve a preguntar algunas veces más y yo, ya un poco molesto, le respondo que deje de preguntarme porque ya fui varias veces. Me dice que me fije en el sofá del comedor, a lo que yo le respondo que no, nunca estuve en el sofá, no me senté, no usé la laptop ahí ni nada. Y me negué completamente a ir a mirar al sofá porque no tenía lógica.
A los pocos segundos, me responde: "El gato no entró anoche al comedor". Yo me la quedo mirando y, de repente, en mi cabeza se reproduce como una película toda la situación de cuando el gato entra al comedor. ¡ESO!, le digo a mi novia. Fue la única variable que hubo en el momento donde yo guardo las cosas meticulosamente.
El gato interrumpió mi proceso, y en ese momento deduje que, como fui a agarrar al gato, probablemente justo estaba guardando los lentes y, como el gato estaba atrás del sofá y lo tenía que sacar, tuve que liberar mis manos y dejé los lentes en el sofá. Acto siguiente, fui rápido al comedor, directo al sofá, y los lentes estaban ahí. Sonrío, vuelvo donde estaba mi novia y le digo, ¡Gracias! necesitaba ese dato.
Ahora, esta anécdota muestra que a pesar de que podemos dar consejos y sugerencias útiles, lo ideal es que nos hagan pensar. Evaluar nuestras acciones va a ser que le encontremos lógica a las cosas y podamos resolver nuestros problemas, porque pensando es como funcionamos de verdad, y nos demuestra que no somos muy receptivos cuando nos dicen qué hacer.
A veces, la solución a nuestros problemas está en los detalles y en tomarnos el tiempo para pensar en lo que realmente ocurrió. No siempre lo que parece lógico es lo que sucedió, y no siempre podemos ver todo por nosotros mismos; reflexionar y aceptar otras perspectivas nos ayuda a encontrar respuestas.