Si hay un juego divertido es el Worms! Donde podías aprender muchas cosas como tacticas y cálculos de parabola además de entretenerte y realmente cagarte de risa. Te voy a contar por qué este juego es un gran clásico y, además, una excelente herramienta para desarrollar habilidades de estrategia y lógica, todo con un toque de humor irreverente.

Estrategia en su máxima expresión

Primero lo primero: Worms es un videojuego de estrategia por turnos donde los jugadores controlan pequeños gusanos armados hasta los dientes, y el objetivo es aniquilar a los gusanos del equipo contrario, ya sea con armas clásicas como bazookas, granadas o incluso el famoso "Super Oveja", si es una tierna oveja que se convierte en un proyectil descontrolado (sí, es tan extraño como suena, y eso esta buenísimo).

Lo que hace que Worms sea un gran juego de estrategia es la necesidad de pensar y planificar cada acción. Cada movimiento es crucial. Aquí no se trata de ir y disparar sin pensar. En Worms, la jugabilidad está 100% basada en las decisiones tácticas: ¿Dónde colocar a tus gusanos para que sean más difíciles de atacar?, ¿Qué armas usar para lograr el mejor impacto?, ¿Cuáles son los ángulos de disparo más eficaces? Todo esto requiere una buena dosis de pensamiento lógico y estratégico.

La Física: Un desafío mental

El juego, además de su estrategia, tiene una característica clave que hace que todo sea mucho más interesante: la física. Y no, no hablo de ecuaciones de gravedad ni nada tan complicado. Hablo de algo mucho más simple pero igual de importante: el porcentaje de dispersión de las armas, la fuerza del viento y el rebote de los proyectiles. Si no sabes cómo calcular todo esto antes de disparar, tus intentos de lanzar una granada a 45° van a terminar en desastre, o peor aún, va a terminar afectando a tus propios gusanos.

Cada disparo, cada arma tiene sus características: algunos proyectiles explotan al instante, otros necesitan un par de turnos para detonar, algunos son más precisos y otros se desvían dependiendo de factores como la dirección del viento o el rebote en el terreno. Estas variables hacen que cada partida sea diferente y que tengas que adaptarte constantemente a nuevas situaciones. No basta con saber lo que hace cada arma: tenés que entender las condiciones del entorno y usar tu lógica para optimizar cada uno de tus movimientos. **En otras palabras, si no pensás antes de actuar, estás al horno.

Desarrollo de la lógica y el pensamiento crítico

Ahora bien, Worms no es solo un juego de destrucción masiva con gusanos. A lo largo de las partidas, especialmente en niveles más difíciles o con más jugadores, se necesita lógica de alto nivel. Primero, tenés que tomar decisiones sobre qué hacer con tu turno. ¿Vas a atacar directamente con el bazooka o vas a esperar y usar una granada para asegurarte de que el enemigo quede atrapado en una trampa? La decisión de qué acción tomar es crucial, ya que hay un número limitado de movimientos en cada ronda y el tiempo apremia.

Además, tenés que estar todo el tiempo evaluando los riesgos y las recompensas. Cada acción tiene consecuencias que afectan no solo al turno en curso, sino a toda la dinámica de la partida. Es un juego de planificación a largo plazo, no de movimientos impulsivos. Por ejemplo, si tenés a varios gusanos bien posicionados en un área vulnerable, tal vez te convenga sacrificar un gusano en un movimiento suicida para eliminar a varios del equipo rival, pero eso implica una gran toma de decisiones.

Pensamiento abstracto y toma de decisiones

Un aspecto interesante de Worms es que no todo se resuelve con pura acción. A menudo, tenés que pensar en múltiples niveles: si tirás una granada hacia el lado izquierdo, ¿cómo va a influir eso en el viento que afectará el próximo turno? ¿Podés hacer un ataque indirecto lanzando una bomba en una esquina que rebotará y dañará a varios enemigos? Hay una gran dosis de pensamiento abstracto, que es donde entra en juego el desarrollo de la lógica matemática y la capacidad de predecir consecuencias. Cada jugada en Worms es un pequeño experimento de causa y efecto.

Esto, a la larga, mejora la capacidad para resolver problemas de manera más eficaz. Si lográs entender cómo hacer que un proyectil rebote de manera precisa, o cómo aprovechar la física del juego a tu favor, estás entrenando tu cerebro para pensar en términos de relaciones espaciales, predicción y resolución de problemas.

Trabajo en equipo: Estrategia colectiva

Obviamente no todo es solo el individuo. En modos de juego multijugador, Worms también pone a prueba la capacidad de los jugadores para trabajar en equipo. Si estás jugando con amigos (o con extraños), la cooperación es esencial. Aquí, tener una buena estrategia colectiva es la clave: coordinar ataques, cubrir a tus compañeros y gestionar los recursos de manera efectiva. Al ser un juego de equipo, se requieren habilidades de comunicación y planificación compartida para poder salir victoriosos. Y no solo en la parte estratégica, sino también en la capacidad de tomar decisiones rápidas en situaciones de crisis, como cuando un jugador está a punto de ser eliminado, o cuando los gusanos están en peligro de caer al agua.

Resumiendo

En resumen, Worms es mucho más que un juego de destrucción y caos. Es un desafío de estrategia pura, donde cada movimiento cuenta y cada decisión tiene consecuencias. La necesidad de planificar, calcular ángulos y tener en cuenta las variables físicas del entorno, junto con la posibilidad de trabajar en equipo, desarrolla habilidades cognitivas importantes, como la lógica matemática, la toma de decisiones y el pensamiento crítico. Además, no es solo un juego, sino una verdadera herramienta de desarrollo mental, que obliga a los jugadores a pensar con cabeza fría mientras se divierten y explotan todo lo que se les cruce por delante.

Por eso, si todavía no jugaste a Worms o no lo habías visto desde este ángulo, te recomiendo que lo hagas. No solo vas a pasar un buen rato (porque el juego es super entretenido y un cago de risa), sino que también vas a estar entrenando tu cerebro para ser más rápido y efectivo en tus decisiones. Un Win/Win por donde lo mires.