Hay un viejo cuento chino que clava una enseñanza simple: no sabemos si algo es bueno o malo hasta que pasa el tiempo.
Un granjero pierde su caballo. Los vecinos: “Qué desgracia”. El tipo responde: “Tal vez”. El caballo vuelve con siete más. “Qué suerte”. “Tal vez”. El hijo se rompe la pierna domando uno. “Qué horrible”. “Tal vez”. Llega el ejército a reclutar jóvenes, y al hijo lo dejan porque está herido. “Qué bendición”. Y el granjero: “¿Quién sabe?”.
La enseñanza es clara:
lo que parece una cagada hoy, mañana puede ser una bendición. Y al revés. En vez de etiquetar todo como bueno o malo, conviene esperar, respirar y ver qué trae la vida después.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario