Ayer le escribo un mail a mi socio sobre un proyecto de red en un lugar que tenía más quilombos que el pais. El que me escribió tenía tres máquinas para conectar: una moderna con Windows XP, otra medio pedorra con 64 MB de RAM y una tercera que era una re poronga, ni placa de red tenía. El tipo había dicho que iba a cambiar esa última, pero eso lo discutiríamos después con otro personaje de la historia.
La movida era que había Fibertel, así que internet no iba a ser un drama. Pero claro, necesitábamos comprar un montón de cosas: un router, tres cables de red de diferentes longitudes (20, 10 y 2 metros), seis fichas RJ45 y una placa de red para la máquina más vieja. Las cuentas eran las siguientes:
- Router: $108
- Cables: $32
- Fichas RJ45: $18 (re caras, por cierto)
- Placa de Red: $45
Total: $203.
El tipo nos había pedido que tratáramos de ajustar los precios porque no dependía solo de él, así que estábamos buscando lo mejor. Encontré un router por $37 en Belgrano y un kit en Palermo que traía todo lo que necesitábamos por $69, lo que nos ahorraba un montón. Así que le propuse a este personaje: “Si conseguimos mejores precios, vamos juntos a comprarlo y listo”.
También teníamos que pensar en la mano de obra. Yo le decía que si logramos ganar algo más de $50 cada uno sería genial, pero si le tirábamos un presupuesto muy alto, el tipo podía dudar. Así que la idea era hablarlo bien y hacer cuentas.
Después de todo, la clave era hacer las cosas rápido y sin complicarnos demasiado. Así que quedé en conectarme con él para seguir charlando del tema.